Granadilla o la despoblación por decreto. Una curiosa interpretación del interés público

CAMPESINO FERNÁNDEZ, Antonio-J. Departamento de Geografía de la Universidad de Extremadura.
Granadilla o la despoblación por decreto, una curiosa interpretación del interés público.
Revista “Alcántara”, nº 9, tercera época. Diputación Provincial de Cáceres. Cáceres, 1986.

Granadilla, cabeza del partido judicial de su nombre y una de las poblaciones históricas más importantes del Norte de Extremadura, fue condenada a la “despoblación por decreto” al quedar sus tierras (aunque no su núcleo de población) anegadas por el embalse de Gabriel y Galán, para el regadío. En este trabajo, de conmovedora redacción, se cuentan los pormenores de la expropiación mal pagada de los bienes, del desalojo de los hombres condenados a la deportación y de la destrucción del gran patrimonio de esta villa amurallada. Para mayor INRI, la Administración declaró Conjunto Histórico a la ruina resultante del expolio.



ESTADO PREVIO DE LA CUESTION 

Marco espacial de referencia 

En la comarca del alto Alagón, hoja 575 del mapa topográfico 1:50.000 (Hervás), al NO de la Alta Extremadura, distante 137 km. de la capital cacereña, la villa de Granadilla se posiciona en el ángulo formado por las sierras de Hervás y Hurdes sobre una loma pizarrosa de 430 m. de cota entre el río Alagón y el arroyo Aldobara. Los contrastes topográficos y paisajísticos del entorno condicionan una estructura interna cargada de fuerte personalidad. 

FOTOGRAFÍA AÉREA 1 
IMAGEN RECIENTE DE GRANADILLA,
EN UNA PENÍNSULA FORMADA POR EL EMBALSE DE GABRIEL Y GALÁN. 

Dialéctica población-recursos: Limitando el marco temporal de referencia a los tres últimos decenios, parece oportuno valorar alternativamente el binomio anterior como estado previo de la cuestión. 

Población 

Los efectivos humanos de Granadilla alcanzan en la década de los cincuenta el techo demográfico absoluto, acorde con la tendencia general de crecimiento de la población extremeña tras cuatro décadas de espiral alcista. Ésta se ralentiza en el sexto decenio por la inercia del impulso: 1.113 habitantes en 1950, 1.116 en 1955 y 1.124 en 1959. La inversión del crecimiento será radical a partir de 1960, reforzándose el proceso general de despoblación por desahucio violento, tras el Acuerdo de Consejo de Ministros, de 24 de junio de 1955, que decreta la expropiación forzosa del término municipal para su inundación por las aguas del Pantano de Gabriel y Galán, reduciéndose el vecindario a una tercera parte, 486 habitantes de hecho en 1960, hasta el definitivo destierro de los últimos reticentes en 1965. 

Las pirámides de población de 1950 y 1960 reflejan con claridad los momentos de cenit y ocaso de una villa extinguida a golpe de decreto bajo la falacia justificativa del “interés público”… 

GRÁFICO 1 
PIRÁMIDES DE POBLACIÓN (1950 Y 1960) 

Sin encontrar explicación al dirigismo político, trataremos como geógrafos de justificar los comportamientos demográficos que actúan sobre la dinámica poblacional de Granadilla, afectados involuntariamente por imposiciones superiores. 

El juego de dos factores contrapuestos, crecimiento natural y emigración, justifica el freno al dinamismo demográfico. Las tasas de natalidad se mantienen elevadas hasta 1956, con valores que rondan y superan en ocasiones el 30 por mil, procedentes de una nupcialidad de 11 por mil, contribuyendo a elevar el tamaño medio de la unidad familiar a 4 miembros, mientras la mortalidad se sitúa en torno al 11 por mil, muy condicionada por la abultada mortalidad infantil estival, no inferior a 100 por mil hasta 1954. 

GRÁFICO 2 
 GRANADILLA. DINÁMICA VEGETATIVA (1950-1965) 


 CUADRO 1 
CRECIMIENTO NATURAL DE GRANADILLA (1950-1965) 
FUENTE: AYUNTAMIENTO DE GRANADILLA. REGISTRO CIVIL. 

El saldo vegetativo anterior se ve limado por los efectos de una emigración básicamente masculina anterior a 1950, patente en la pirámide de población, y que en goteo continuo y relativamente voluntario compensa ganancias con pérdidas hasta 1960. Por ello se ajusta sin cambios a la tónica general de la demografía extremeña de la época y al desequilibrio entre la escasez de recursos de un pequeño término de 85,51 km2, incapaz de contener la presión poblacional. El drama culmina con el decreto de 1955, que pone fin de un plumazo a la historia viral de un pueblo, porque afectará inicialmente a los recursos económicos, privando incluso a la población de un bien básico como el agua por inundación de las fuentes públicas situadas todas extramuros, para culminar con el desalojo de la vivienda por expropiación final de las fincas urbanas. 

Se inicia de este modo un proceso de emigración forzada en el tiempo y en la distancia. El Instituto Nacional de Colonización Agraria arbitra, como solución mágica, convertir también por decreto a jornaleros de secano en colonos regantes de la noche a la mañana, como si pudiera improvisarse la cualificación vivida de generaciones descalzas en el agua, ofreciéndoles casa minúscula y parcela de cuatro hectáreas en Alagón del Caudillo, uno de los nueve poblados nacidos aguas abajo del embalse de Gabriel y Galán tras la inmolación de Granadilla y, más concretamente, en la finca Rincón de Galisteo, próxima al histórico núcleo amurallado. 

Entre los años de 1958 a 1965 puede seguirse, a través de los partes municipales de baja definitiva, el ritmo del éxodo de importantes contingentes vecinales: 76 familias compuestas por 246 miembros. El grueso de salidas se acelera en el bienio 1961-62 cuando un centenar de familias se deciden por la incógnita del regadío del Alagón. La descabellada propuesta arrojaba ya en 1965 un balance nada halagüeño, manteniéndose únicamente el 60 por 100 de los llegados tres años atrás, 289 personas con una media familiar de 4,8 miembros por casa. 

Los desengañados del regadío componen en torno a 1965 el grueso de una segunda partida emigratoria definitiva con destino a Plasencia, Coria, Cáceres, Salamanca, cinturón industrial de Pamplona, País Vasco y Cataluña, unas 70 familias compuestas por 5-8 miembros. 

El vecino municipio de Zarza de Granadilla acogerá en 1965 de forma provisional a los últimos 476 habitantes, por agregación de la parte colindante del territorio de Granadilla a dicho término. 

Se consuma así un traumático proceso de desarraigo que produjo la muerte de “pena” a varias mujeres tras el abandono del pueblo, familia, casa y enseres, recogido en expresiva nota periodística por Félix Piñero(1). 

Recursos 

Ante la consunción general de la población extremeña alguien pudiera pensar que la Administración se adelantó a la crisis con el decreto de expropiación de Granadilla y su tierra, satisfaciendo un pago generoso por el destierro de todo un pueblo de mísera condición económica. Nada más lejos de la realidad. 

Pese a la limitación superficial del término, los recursos agropecuarios, aunque escasos en relación al número de habitantes, no por ello eran menos valiosos. La desigualdad del terreno se traducía, asimismo, en calidades opuestas. Los huertos familiares del primer ruedo extramuros y a lo largo de la vega del Alagón contenían olivares de primera calidad; de Este a Sur las dehesas arboladas de pasto y labor con aprovechamiento integral de carboneo por piconeros de Macotera (Salamanca), de pastos sobresalientes y notable producción de trigos y cebadas por la buena filtración de los suelos pizarrosos, sobre todo en las tierras abiertas de rotación cuatrienal en las que la propiedad se encontraba muy parcelada entre el vecindario, resultando la presencia foránea en el término reducida a una decena de grandes propietarios. 

CUADRO 2 
SUPERFICIE CENSADA SEGÚN EL TAMAÑO DE LAS EXPLOTACIONES 

FUENTE: MINISTERIO DE AGRICULTURA. PRIMER CENSO AGRARIO (1962) 

En cuanto al régimen de tenencia se refiere, la exploración directa de la tierra por sus propietarios era la tónica dominante en un 99,3 por 100 de la superficie censada (5.671 Ha), entregándose en arriendo el 0,7 por 100 restante (41 Ha), sin la presencia de aparcería. 

El sustrato medioambiental de específica vocación ganadera concentraba en los finos pastos un volumen considerable de ganado menor, esencialmente ovino, como se desprende del censo nominal de ganadería siguiente: 

CUADRO 3 
CENSO GANADERO DEL TÉRMINO DE GRANADILLA (1955-1963) 

FUENTE: AYUNTAMIENTO DE GRANADILLA. CENSO GANADERO. 

Tan sólo 10 vecinos de los 220 ganaderos consignados en el censo no poseen cabeza alguna, mientras la tendencia general de la propiedad pecuaria es la de un reducido número de cabezas por vecino, acorde con la estructura de la propiedad rústica, superando 9 propietarios las 250 cabezas, pero sin rebasar las 350 en ningún caso. 

El peso de la actividad agropecuaria sobre los restantes sectores de la economía queda patentizado en la estructura socioprofesional de la población de Granadilla en el período intercensal 1950-60, con valores que oscilan entre el 86 y el 81 por 100 del total de activos, limitándose los restantes sectores a satisfacer las necesidades mínimas de la población, y no siempre, dadas las manifiestas deficiencias de infraestructuras y equipamientos. 

La tasa de actividad se sitúa en torno al 33,8 por 100, con una media de 3 miembros dependientes por familia y una temprana incorporación de los jóvenes al trabajo en ayuda de una economía siempre deficitaria. A partir de los 10 años los jóvenes abandonan la escuela y se incorporan como jornaleros, braceros o rabadanes a las tareas del campo o del servicio doméstico compaginado con la brega en la tierra. 

CUADRO 4 
COMPOSICIÓN PROFESIONAL DE LOS ACTIVOS DE GRANADILLA 
FUENTE: AYUNTAMIENTO DE GRANADILLA. CENSOS DE POBLACIÓN. 

Deficiencias insuperables las encontramos en el apartado de los servicios generales de la población. Las carencias de abastecimiento de agua, alcantarillado, electricidad, teléfono, telégrafo, cementerio, farmacia e infraestructura de transporte -a 17 km. de la estación de ferrocarril más próxima, Casas del Monte-, conferían al núcleo una acusada marginalidad rural. 

Estas aspiraciones históricas del vecindario jamás se verían cumplidas, al coincidir el decreto de expropiación en el tiempo con la satisfacción de algunas para los municipios limítrofes. 

La matrícula de contribución industrial expresada en el cuadro 5 viene a confirmar la penuria de dotaciones entre 1955 y 1962. 

CUADRO 5 
CONTRIBUYENTES POR RAMAS DE ACTIVIDAD INDUSTRIAL (1955-1962) 
FUENTE: DELEGACIÓN PROVINCIAL DE HACIENDA. MATRÍCULAS DE CONTRIBUCIÓN INDUSTRIAL. 

Patrimonio urbano 

Granadilla es una villa fortaleza medieval de diseño urbano radiocéntrico, con sus calles convergiendo radialmente hacia la Plaza, ajustándose el diseño estructural del casco intramuros de 0,1850 km2 a las imposiciones morfológicas del límite perimetral amurallado de 924 m., defendido por el baluarte del castillo, hito sobresaliente del recinto que controla la Puerta de la Villa al NE, más vulnerable que la SO de Coria (2). 

El crecimiento del caserío se organiza intramuros, sin arrabales externos, sobre el eje principal de circulación NE-SW que pone en contacto ambas puertas con la red caminera comarcal, al que confluye la red vial secundaria, con huertos y cercados en las traseras de las viviendas colindantes con los adarves de la muralla. 

CUADRO 6 
DISEÑO Y OCUPACIÓN DEL VIARIO DE GRANADILLA 
FUENTES: AYUNTAMIENTO DE GRANADILLA.
CUADERNO DE DEMARCACIONES URBANAS Y DENSO DE POBLACIÓN DE 1950. 

En 1950, de las viviendas en compacto del casco urbano, 211 se destinaban para habitación, reservándose 17 a otros usos. 

En el diseminado compuesto por las fincas de la Colonia de San Bartolomé, Chaparrón, Membrillares, Diganzales y La Laguna, 6 edificaciones servían para vivienda de guardeses y 7 como anexos agropecuarios. 

Diez años más tarde, de un total de 217 viviendas catastradas, el 49,8 por 100 se encontraban ya inservibles, el 38 por 100 defectuosas y el 12,2 restante en buen estado, pero careciendo todas de desagüe y pozos negros. 

La estructura de la propiedad urbana: Finalizamos el inventario de recursos refiriéndonos al régimen de tenencia de las fincas urbanas de Granadilla pocos meses antes de su expropiación definitiva. 

CUADRO 7 
EDIFICACIONES Y PROPIEDAD URBANA (1961) 
FUENTE: AYUNTAMIENTO DE GRANADILLA. CATASTRO DE LA RIQUEZA URBANA.
10 DE OCTUBRE DE 1961. 

El esquema anterior referido a edificaciones sin distinción de uso, catastradas con sus respectivos líquidos imponibles y sujetas a contribución municipal, arroja la existencia de 263 propietarios poseedores de 506 edificios. El estado nominal de propietarios permite establecer, en principio, una distribución regular de los inmuebles: los titulares de más de 3 edificios únicamente representan el 8 por 100 de los propietarios y concentran el 21,1 por 100 del parque, mientras es mayoritario el grupo de hasta 3 edificaciones, en el que el 92 por 100 de los titulares ostenta el 78,9 por 100 restante, marcando la moda los dueños de 2 edificios con el 33,9 por 100 del total urbano. 

En el momento de realización del inventario de fincas urbanas, la población de Granadilla era una tercera parte de la censada en 1950. Por ello, tan sólo se ocupaban 97 viviendas, de las que 51 eran habitadas aún por sus propietarios y 46 entregadas en arriendo. El resto permanecían cerradas a la espera de indemnización. 

Como colofón al capítulo de la distribución de la propiedad urbana, señalaremos que las relaciones cerradas de una población con acusados matices endogámicos en los parentescos, se han de reflejar necesariamente en las transmisiones patrimoniales rústicas y urbanas. En lo referente a estas últimas, un minucioso microanálisis del catastro permite descubrir que 29 troncos familiares, que totalizaban el 29,7 por 100 de los propietarios urbanos (78) y eran titulares como mínimo de 2 edificios por persona, controlaban 204 inmuebles, el 40,3 por 100 del total. 

No cabe establecer en las intenciones de este trabajo otro tipo de matices referidos al análisis de un conjunto rural enclavado en un medio rural, dada la homogeneidad de caserío, de 1 y 2 plantas con “doblao” y estructura de mampostería vista de pizarras, tosca y sin revestir, con recercados de cantería en portadas, vanos y esquinas, bajo cubierta a dos aguas de teja cocida. No obstante, podemos estar de acuerdo con la diferenciación tipológica propuesta por el equipo redactor de la Memoria y Proyecto General de Restauración, actualmente en curso, entre vivienda del labrador acomodado, pequeño agricultor y jornalero y que se analiza con detalle en un apartado específico de este mismo trabajo. 


ANÁLISIS DEL PROCESO DE DESPOBLAMIENTO 

Liquidación por derribo 

Hombres y recursos, integrando un sistema compuesto de partes vertebradas con relaciones solidarias entre estructura, forma y función, desaparecen como patrimonio cultural por una decisión política rentabilista para otra comarca, ajena a sus vidas, que arruina la existencia de todo un pueblo privando a las generaciones futuras de agudas lecciones de sabiduría geográfica y de un legado histórico. 

Por acuerdo del Consejo de Ministros de 24 de junio de 1955, el Ministerio de Obras Públicas, a través de la Confederación Hidrográfica del Tajo, decreta la expropiación forzosa de todo el término municipal de Granadilla al preverse su inundación futura por el embalse del pantano de Gabriel y Galán; obra de infraestructura dotada de una presa de gravedad con una longitud de coronación de 1.026 m., con capacidad para 924 millones de metros cúbicos y una cota máxima de inundación de 386 metros que, apoyada en el contraembalse de Valdeobispo, serviría para riego de la Vega de Coria y producción de energía bajo el control de Hidroeléctrica Española. Las obras finalizaron en 1962. 

Junto a Granadilla, se vieron afectados parcialmente los términos de Zarza de Granadilla, Sotoserrano, Guijo de Granadilla, Mohedas, La Pesga y Caminomorisco. 

Tras el decreto se procede al establecimiento del oportuno calendario de expropiaciones y al teórico de indemnizaciones. 

CUADRO 8 
CALENDARIO DE EXPROPIACIONES DEL EMBALSE DE GABRIEL Y GALÁN 
FUENTE: AYUNTAMIENTO DE GRANADILLA 

Son sobradamente conocidas la habilidad expropiadora de la Administración y la actitud morosa a la hora de satisfacer sus compromisos pecuniarios. La distancia entre ambos polos, reflejada en el cuadro 8, con la correspondiente devaluación monetaria y la irregularidad en el procedimiento de valoración de los bienes expropiados por el perito "responsable", muy por debajo del valor real de los bienes (léase olivos de primera calidad, cuyo precio en el momento de tasación era de 1.500 pts./pie, pagados a una tercera parte de su valor), producirán durante los últimos años de la vida del pueblo zozobras y altercados que harán más difícil y angustioso el éxodo. 

Expropiadas las tierras y no pagadas, los vecinos se verán en la necesidad de satisfacer rentas a la Confederación Hidrográfica del Tajo para poder proseguir la explotación de las tierras propias que durante años cultivaran… (Piñero, 1979). Esta situación absolutamente kafkiana tiene su correspondiente respaldo documental. 

En diciembre de 1960 se procede a una intensa repoblación forestal en terrenos expropiados, con especies contrarias al ecosistema natural: 80 por 100 de Pinus Pinaster, 20 por 100 de Pinus Pinea y 50 Has. de Pino Laricio, sin ausencia del omnipresente Eucaliptus Globulus. 

Siguiendo con la línea de despropósitos marcada, se reclutan andaluces de Los Pedroches para las tareas de repoblación de pinos y eucaliptos. Hasta 1967 en que finalizan las instalaciones de plantas, estos trabajadores cordobeses a destajo buscarán cobijo en las casas vacías del pueblo y se calentarán con Ia madera de puertas y ventanas, contribuyendo al deterioro del caserío, compartiendo las noches sin luz eléctrica a la luz del carburo con las familias que se negaban a abandonar el pueblo, convertido en península desde 1965 por inundación del embalse. 

La irregularidad en la expropiación afectó también al núcleo. Fuera de indemnización quedaron las calles empedradas en una superficie de 3.938 m2, y la muralla, a cuyo mantenimiento histórico contribuyó el vecindario con trabajo e impuestos colectivos, así como el tratamiento dado a los bienes de jurisdicción eclesiástica no expropiados. 

Algunos de los principales problemas que la Corporación se esforzaba en presentar al Gobierno Civil, sin respuesta oficial, se recogen a continuación: 

La tierra 

En distintos parajes de las tierras abiertas les fueron arrendadas por Confederación, durante el año agrícola 1962-63, prados y cercas a los ganaderos del pueblo mediante el pago del canon correspondiente, con cesión que se realizó ante las insistentes súplicas del vecindario, que hasta esa fecha no había cobrado cantidad alguna por indemnizaciones, al objeto de remediar su penosa situación. 

La sorpresa surgió cuando se comenzaron, a partir del 8 de marzo de 1963, a arar las tierras abiertas, barbechando el espacio susceptible de pastoreo que, junto a la inundación producida por el año lluvioso, colocó a los ganaderos en una situación extrema. Por estar enclavados los cierros y pastos arrendados en distintos puntos de las tierras abiertas, al ser aradas éstas, quedaron circundadas por los barbechos, no permitiéndose la entrada de ganado a los enclaves adjudicados, a pesar de no producirse perjuicio ya que tal barbechera había de binarse y en último término la plantación no comenzó en esa zona hasta octubre de 1963. 

El problema se agudizó al no permitirse los aprovechamientos de pastos comprendidos entre la cota en proceso de inundación y la cota máxima, quedando ese sector sin beneficio alguno, con el riesgo de incendio del pasto en el estío y su propagación a los plantones. 

El aislamiento 

El aislamiento absoluto desde el 7 de enero de 1963 por inundación de los dos puentes, el del río y el del arroyo de la Aldovara, tuvo que producir auténtica sensación de claustrofobia, impotencia y miedo, fácilmente comprensibles dado el respeto de la población de secano al agua, sobre todo cuando se asiste diariamente a la elevación de su nivel. 

Hay que imaginar lo que suponía disponer de 4.000 cabezas de ganado y que desaparezcan puentes y vías pecuarias, sin colada alguna de sustitución, viéndose obligados los ganaderos a manejar los animales sobre una barca vieja… 

Junto al ganado estaban las personas que debían utilizar dos barcas, una grande y otra pequeña, para acceder a la empresa de viajeros de Zarza de Granadilla a 8 km., sin poder lograr una conexión coherente, al no guardar relación el servicio de la barca con el horario del autobús y ello pese a ser pagados los barqueros por la Comunidad de Regantes del Alagón. 

La carencia de servicios 

La carencia de médico, farmacia y medicamentos en la localidad, unida obviamente a la incomunicación, acababa de completar el cuadro. El cementerio, autorizado desde 1958 por el Ministro de Obras Públicas, estaba en estas fechas esperando la redacción del proyecto. La inundación del cementerio antiguo al sur de la población marca la nota macabra que sitúa a los deudos en la disyuntiva de emigrar con sus propios difuntos, como ocurrió en múltiples casos hasta Zarza de Granadilla o cambiarlos de lugar a una morada menos húmeda. Liquidar la vida de un pueblo significa trastornar a vivos y muertos. 

Las indemnizaciones 

Por último el capítulo prosaico de las indemnizaciones: tarde, mal y nunca, como lo demuestran querellas en activo de rabiosa actualidad, libradas durante los últimos veinte años por una aguerrida vecina en todas las instancias ministeriales del país, logrando incluso sentencias judiciales favorables a su “causa”: 

a) Pagos de fincas en discordias: En mayo de 1962 fueron fallados a favor de los reclamantes los justiprecios de sus fincas rústicas comprendidas hasta la cota 350 y en 1964 aún no había sido abonada cantidad alguna, ni los correspondientes intereses, teniendo en cuenta que sus propietarios se despidieron de ellas en 1956. Por lo que se refiere a las de las cotas 350-390, la reclamación fue resuelta favorablemente en marzo de 1963, pero encontrándose también sujeta a los problemas anteriores de satisfacción de intereses y devaluación de moneda. 

b) Pagos de fincas urbanas: El 24 de marzo de 1961 se realizó la ocupación previa de los edificios que componen el casco urbano de Granadilla, procediéndose el 26 de abril de 1962 a la ocupación definitiva. El importe de expropiación de Granadilla-pueblo se aproximó a los cuarenta millones de pesetas, cifra que de haberse pagado religiosamente hubiese mitigado las penurias económicas de los 263 propietarios, imposibilitados de emigrar por falta de medios y desahuciados de techo, náufragos en una península artificial rodeada de agua por todas partes, menos por una que conducía al destierro. 

c) Pagos de perjuicios indirectos: En abril de 1961 se constituyó en el Gobierno Civil la correspondiente Comisión Provincial de Afectados. Dos años después, el 13 de diciembre de 1963 volvía a reunirse, de nuevo la citada comisión, haciendo bueno el aforismo de “si quieres que algo no funcione nombra una comisión...”. 

Confederación Hidrográfica y Gobierno Civil se pasaban mutuamente la pelota, alegando la primera la oportuna convocatoria del segundo para iniciar los trabajos de la fijación de los tipos de indemnizaciones. No puede extrañar que con estos devaneos el pago se efectuase diez años después, el 5 de marzo de 1973. 

El proceso de despoblamiento se cierra con el Expediente de Anexión del término de Granadilla a los limítrofes, instruido por el Ayuntamiento de Zarza de Granadilla en Pleno Extraordinario de 11 de octubre de 1963, a efectos de lo recomendado por el Gobierno Civil de la provincia en escrito de 26 de julio de 1963, y a tenor de lo dispuesto en el número 1 del Art. 12 de la Ley de Régimen Local, que autoriza la alteración de los términos municipales para su incorporación a los limítrofes de Guijo de Granadilla, Mohedas, La Pesga y Zarza de Granadilla, sirviendo de delimitación territorial el cauce del río Alagón. 


ESTRATEGIAS ESPACIALES EN LAS DOS ÚLTIMAS DECADAS 

Ultimado el proceso de desalojo en 1967, el ecosistema de Granadilla experimenta una ruptura del equilibrio natural. Los brutales cambios en el uso del suelo con la desaparición del paisaje adehesado y del matorral mediterráneo sustituidos por especies anticlimax, y la presencia masiva del agua, deshumanización, rapiña y acción de los agentes atmosféricos, contribuyen a precipitar el deterioro del pueblo y de su reducido entorno. 

A este deterioro coadyuva la privatización de los espacios emergidos, vallados y convertidos en privilegiado coto de caza para Confederación con prohibición física de acceso a la villa. En honor a la verdad hemos de señalar que nunca tuvimos problema alguno y sí comprensión incondicional para cuantas ocasiones solicitamos permiso de visita a Granadilla con alumnos del Departamento de Geografía de la Universidad de Extremadura (3). 

Es natural que Granadilla apareciese como un paraíso para determinados forasteros de la capital de España y que de tan bucólico contacto naciese el proyecto de convertir el pueblo en complejo turístico, muy a la moda por entonces, aprovechando la innegable categoría de su marco geográfico, potenciado para tal uso por el nuevo espacio lacustre, abundancia de caza mayor, pesca y relativa accesibilidad desde la N-630, en el atractivo eje serrano de Gredos, La Vera, Valle del Jerte, Hervás, Las Hurdes, Sierra de Gata y Peña de Francia. 

Previsiones afortunadamente inmaterializadas evitaron la construcción del inefable Parador de Turismo en el castillo, club náutico con embarcadero para la práctica de los deportes acuáticos y la correspondiente coletilla de “industrias auxiliares”. A tal fin llegaron a pavimentarse 10,4 km. de la carretera C-513 que desde la N-630 por Abadía finaliza su trayecto a los pies del embalse, sin otro servicio que el de garantizar el acceso a Granadilla. 

No repuestos de la sorpresa anterior asistimos en 1978 a una de las decisiones más insólitas tomadas por la Dirección General del Patrimonio Artístico: la declaración de Conjunto Histórico Artístico a favor de Granadilla, un pueblo abandonado doce años atrás y en ruinas; resolución increíble pero bienvenida del Ministerio de Cultura por Real Decreto 2428/80 de 20 de septiembre, BOE 10-XI-1980(4), a la que no fue ajena la gestión de Dionisio Hernández Gil.

El Ministerio de Cultura a través de Bellas Artes procedió a dos actuaciones de restauración en el Castillo y en las murallas, fijando una zona de respeto de un radio de 800 metros desde el borde del recinto amurallado. El proyecto del castillo de muy dudosa justificación y discutible estética arquitectónica se finaliza el 15 de junio de 1981 y el de la muralla el 18 de marzo de 1983, teniendo ambos como objeto la consolidación y recuperación de dos elementos básicos de la estructura urbana de la villa y marcando un positivo precedente de futuro. 


LINEAS ALTERNATIVAS DE FUTURO 

Tras los precedentes anteriores acogemos con expectación y sin perspectiva temporal suficiente para pronunciarnos el Acuerdo MOPU-MEC-MAPA. Este jeroglífico de siglas encierra el convenio que el 6 de marzo de 1984 suscribieron conjuntamente los Ministerios de Educación y Ciencia, Obras Públicas y Urbanismo y Agricultura, Pesca y Alimentación, para la puesta en marcha de un Plan Experimental de Reconstrucción y Restauración de Pueblos Abandonados. 

Contando con la colaboración de la Confederación Hidrográfica del Tajo se ha puesto en marcha el oportuno Proyecto de Ejecución de Obras de Restauración de Grandilla (5), tendente a fomentar la rehabilitación y restauración arquitectónicas para garantizar las condiciones necesarias de habitabilidad y servicios. 

Estas operaciones piloto revisten la forma de aula abierta para estudiantes de todos los niveles de carácter experimental y favorecen la interdisciplinariedad de conocimientos en contacto directo con los espacios naturales. 

Un maravilloso descubrimiento de las nuevas teorías educativas que tratan por fin de acabar con la inoperancia de tanta ciencia enciclopédica en conserva, para unos alumnos condenados a calentar sistemáticamente los asientos del aula con desconocimiento absoluto de todo lo concerniente a su macroregión, proceso didáctico que para nosotros los geógrafos es el pan nuestro de cada día desde Vidal de la Blache, a comienzos del siglo XX.

GRANADILLA, CABECERA DE SU PARTIDO JUDICIAL,
SEGÚN PLANO DE FRANCISCO DE COELLO (1850).

MORFOLOGÍA Y ESTRUCTURA DE GRANADILLA

FOTOGRAFÍA AÉREA 2
IMAGEN AÉREA DEL ESTADO ACTUAL DE GRANADILLA, 
CON EL CASTILLO, LA IGLESIA Y DETERMINADAS CASAS RECONSTRUÍDAS.


NOTAS: 

(*) Este trabajo forma parte de la ponencia "Pueblos Deshabitados de Extremadura" que, corredactada junto al arquitecto Diego Ariza Viguera, representó a la Comunidad Autónoma de Extremadura, en el Encuentro Nacional sobre Pueblos Deshabitados, celebrado en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid, en septiembre de 1984. 
(1) PIÑERO, Félix, “Granadilla: el destierro de las aguas”, en Región Extremeña, 3 (Hogar Extremeño, Madrid 1979) pp. 31-33. Valeriana Gutiérrez Macías, 'Granadilla; un pueblo que desaparece'. En ABC (Madrid, abril 1959). 
(2) LOZANO BARTOLOZZI, Mª. del Mar. “Granadilla: un conjunto urbano en un medio rural”, en NORBA (Revista de Arte, Geografía e Historia), nº 1. Universidad de Extremadura, Cáceres, 1980; pp. 51-68. 
(3) Agradecemos a D. Guillermo Carrillo Vargas, lngeniero Director de la Confederación Hidrográfica del Tajo en Madrid, y a D Joaquín Paso de la oficina en Plasencia sus reiteradas atenciones. 
(4) MINISTERIO DE CULTURA. Declaración de Conjunto Histórico Artístico. Provincia de Cáceres: Villa de Granadilla. R.D. 2428/80, 20 de septiembre (B.O.E. 10-XI-1980). 
(5) ESPEJEL, J.A.; NAVARRO, E.; PICO, J., Estudio de Recuperación Física y Reconstrucción Formal de la Villa de Granadilla en Cáceres (MOPU, Dirección General de Arquitectura, Madrid, enero de 1984).